La temporadas de incendios se hacen cada vez más largas y grandes, toda nuestra obsesión con reducir las emisiones sirve de poco si cada verano liberamos toneladas de CO2 a la atmósfera, pero no son más que otro factor más.
Hay muchos factores que contribuyen a las emisiones sin que nos demos ni cuenta. Por ejemplo, entre 1997 y 2015, los insectos y patógenos arbóreos causaron la emisión de tanto CO2 como todos los incendios forestales juntos. Ellos solos.
El dato es sorprendente. Sobre todo, porque durante años el estudio del impacto climático de este tipo de plagas había sido poco estudiado. Hasta hace unos meses, cuando Markus Kautz, del Instituto de Investigación Forestal de Baden-Württemberg, publicó el primer estudio exhaustivo a gran escala sobre este tema.
Los bosques norteamericanos fijan, aproximadamente, el 14% de todas las emisiones de carbono del país. Los árboles muertos no solo dejan de fijar carbono, emiten más fruto de la descomposición. Pues bien, según sus conclusiones, el impacto de estas plagas mata-árboles son responsables que emisiones equivalentes a las de 11 millones de vehículos más en el país norteamericano.
Esto es solo una muestra de la complejidad del problema climático y de la cantidad de factores que intervienen en él. No hay respuestas fáciles cuando hablamos del cambio climático. El diablo está en los detalles.